También este año realizamos la travesía Belate-Beruete. A pesar de los augurios que presagiaban mal tiempo, tuvimos un buen día para andar. Alrededor de las ocho de la mañana salimos de Belate, parada para un breve almuerzo en el lugar de siempre porque en el alto de Gorostieta, nos esperaba el avituallamiento principal que nunca falla, café, pastas, Terry y demás.
Ya con fuerzas renovadas pudimos afrontar la segunda parte y para las dos de la tarde hacíamos nuestra entrada en Beruete.
La vuelta se hizo en taxi y comenzó a llover, pero nosotros ya estábamos a cubierto. Este año Dieciseis personas nos hemos animado este año a la que según dicen es la edición número 42, más o menos.