01 Oct, 18

Tras aparecer  tres o cuatro años seguidos en el calendario de Iratxo, seis compañeros  (una única mujer) partimos, por fin, el 23 de septiembre, desde cerca de Navascués,  para ascender a Borregil (1445m) por la foz de Benasa. Camino desconocido excepto para nuestro guía. Paisaje muy hermoso. En cuanto se cruza la regata, se toma un sendero muy bonito para ir ascendiendo por el bosque cerrado, a medida  que se escucha cada vez menos, allí abajo, el canto del riachuelo, en compañía de la pared rojiza de la derecha de la foz. Un par de kilómetros, después, por pista  y,  tras contemplar el dolmen de Ollate (1090m, hayedo arriba para llegar a Borregil (1445m) en un par de horas.

Cuando estábamos disfrutando del hamarretako contemplando el hermoso paisaje, la noticia terrible: “Peio ha muerto”.  Nos quedamos mudos en nuestros pensamientos.  La propuesta de que cantáramos algo.  Y se escuchó  “Hegoak ebaki banizkio”, muy débil, al principio, con un enorme nudo en nuestros corazones, más firme poco a poco, en grito de protesta y rebelión.  ¿Pero cómo cortarle las alas a Peio” ¡De ninguna manera! ¡Ni pensarlo! Porque el espíritu, el alma  o lo que sea de Peio vendrá volando con nosotras y nosotros a todos los montes del calendario de Iratxo. Y, para que aprendamos a valorar como se debe/ el fruto y el resultado del esfuerzo, repetirás aquello que te escuchamos tantas veces: “¡Otro ochomil que ha caído!” Esperamos que hagas muchos más ochomiles con nosotros/iratxo, Peio.

Un par de fotos y el descenso, tomando primero hacia Coronas. “Mirad, se ve Lumbier”,  nos recordó alguien antes de dejar la cumbre.

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